El
sobre nombre genital.- Mujeres adultas, experimentadas y conocedoras
del sexo pero con la creencia de que utilizar sobrenombres -para referirse a los
genitales durante el acto- las convierte frente a los ojos de su compañero en damas
inocentes y delicadas.
“Tú pipí”,
“tú pirulìn”, “tú pipilìn”, “tu chapulín colorado”, “tú Manuelito” (si él se
llama Manuel). “Mi cosita”, “mi Pochita”,
“mi virtud”, “mi galletita” o “mi papita”; y si a todas estas huachaferías
se le imprime un tono de voz inocente, cándido e infantil con seguridad serás la
causante de una eventual disfunción eréctil momentánea en tu pareja. Tampoco estás obligada a hablarle
sucio a tu compañero sino te gusta, pero llegar al extremo de la tontería no es
lo más excitante. Suficiente con que uses el nombre propio: Pene y vagina para referirte durante el
acto.
Contenido perteneciente a la Dra. Monica Cabrejos