jueves, 19 de septiembre de 2013

Mi enamorado sólo quiere tener sexo haciéndome distintos peinados y poniéndome pelucas de colores y largos diferentes ¿Es normal?




Es posible que su caballero sea un estilista frustrado (en cuyo caso recomendamos lo apoye en la empresa de instalar una peluquería), pero también puede tratarse un “fetichista del cabello” o padecer de cierto grado de tricofilia (del griego “trica”, cabello, y “filia”, amor).  Este fetichismo proviene de la fascinación natural de las especies por el pelaje, cuya forma y textura proporcionan estímulos placenteros y que, aun llevada a sus extremos, pareciera ser inofensiva, si usted también disfruta con las manipulaciones de su deseada cabellera y no la obliga él a correr con los gastos de esta bastante onerosa afición

Me excito viendo a dos mujeres teniendo relaciones. ¿Seré homosexual?




Si su capacidad de excitación se reduce exclusivamente a la expectación de los cuerpos femeninos y a su contacto con ellos, es muy posible que usted tenga tendencias lésbicas.  Si, por el contrario a esta atracción se suma su deseo por los caballeros, hay dos posibilidades: o engrosa usted las filas de la bisexualidad o es  una dama heterosexual que, como muchas otras de su tipo, encuentra sumo placer en la contemplación de los cuerpos femeninos interactuando en el Campo de Venus.  Sepa que un estudio realizado en la Universidad de Toronto mostró que mujeres heterosexuales reaccionaron ante desnudos masculinos igualmente gélidas que ante paisajes nevados de la India, mientras que ante cuerpos femeninos su presión sanguínea y su lubricación vaginal aumentaron considerablemente.

He oído que el exceso de masturbación causa ceguera. Mi visión está disminuyendo mucho desde que pasé los 45 y no sé si esa sea la causa.




Está prestando usted oídos a uno de los absurdos y ya descalificados mitos acerca de la masturbación, al que se suman otros, que la culpan de causar pérdida de peso, crecimiento de pelaje en las manos, depresión, infertilidad y múltiples desgracias más.  Los científicos coinciden hoy en sus beneficios como mecanismo antiestrés y desinhibidor, como guía para mejorar las relaciones sexuales y la única forma de sexo sin riesgo de contagio de enfermedades de transmisión sexual.  No culpe al onanismo de su precaria visión.  Un oftalmólogo le recetará anteojos para verlo todo mejor.  Una normalísima presbicia –defecto ocular que aparece generalmente a partir de los 45 años- seguramente le está nublando la visión.

¿Por qué en la actualidad a muchos hombres todavía les resulta atractiva la virginidad de la mujer?




Son dos las problemáticas definiciones de “virginidad”  que suelen manejarse: una mujer es virgen cuando no ha tenido relaciones sexuales o lo es cuando tiene el himen intacto.  En cuanto a la primera, faltaría determinar qué es una relación sexual; la segunda se complica por el hecho de que el himen puede alterarse por actividades ajenas a las del Campo de Venus.  Para el caballero que sobrevalora la virginidad pareciera pesar, por sobre todo, la para él honorabilísima idea de “ser el primero”.  En ella subyace la creencia de ser sempiternamente instalado en el elevado pedestal “del que jamás se olvidará” y del que “la marcó para siempre”, pero también la ilusión de ahorrarse cualquier tipo de inquietante comparación: sólo el primero (léase “el único”) puede ser el mejor.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Cuando tengo sexo con mi marido se producen ruidos vergonzosos, parecidos a flatulencias intestinales, que inhiben mi excitación. ¿Pueden evitarse?




Las ventosidades vaginales durante el coito se producen por la expulsión de aire acumulado en la vagina, que provoca un sonido comparable al de la flatulencia intestinal.  Como no implican la eliminación de gases del aparato digestivo, carecen de olor.  Pueden deberse a la disminución del tono muscular de las paredes vaginales, que favorece la entrada de aire al momento del coito.  Si sólo ocurren en determinadas posiciones y la vergüenza es mayor al placer que éstas le proporcionan, bastará, para librarse de estos ruidos indeseables, optar por posturas que no propicien el ingreso de aire.  Si las ventosidades presentaran un olor fuerte o semejante al de las heces, acuda al médico para descartar una conexión anormal entre el recto y la vagina.

El testículo izquierdo de mi pareja cuelga más abajo que el derecho. Esto lo acompleja y me preocupa. ¿Es normal?



Este desnivel es muy común.  Según investigaciones, un 65% de hombres tienen el testículo izquierdo en una posición inferior en relación con el derecho, aunque no siempre la diferencia es perceptible a simple vista.  Un estudio realizado en Francia postula que las regulaciones termales entre los dos testículos varían: ambos se alimentan por venas separadas que difieren en ángulo y grosor, y el testículo izquierdo es más caliente que el derecho; de ahí la diferencia de nivel.  Su pareja no tiene por qué acomplejarse.  Quizá lo tranquilice saber que en el David esculpido por Miguel Ángel, símbolo paradigmático de belleza masculina, se aprecia esta pendiente desigual.

¿Si una desconocida me hace sexo oral sin preservativo, hay riesgo de contagio?



Su desconocida podría estar infectada por alguna ETS sin saberlo.  Las enfermedades que se contagian por la boca pueden ser la gonorrea, la sífilis, el VIH, el Virus del Papiloma Humano, el herpes, la hepatitis B u hongos bucales.  Algunas requieren el intercambio de sangre y otras no para que se produzca la transmisión, pero el que no haya heridas visibles –muchas no los son- en los órganos es garantía suficiente.  Lo seguro es actuar con un preservativo, y la disposición de una dama a prescindir alegremente de él con un desconocido no hablaría bien de sus hábitos de proyección y no la haría, por tanto, muy fiable.  Recuerde: tener sexo con ella será como tenerlo con todo su currículo sexual.

Después del orgasmo me dan incontenibles ataques de llanto. Mi novia sospecha que tengo inclinaciones homosexuales y no es cierto. ¿Qué hago?



El llanto después del orgasmo suele explicarse por el hecho de que durante el coito se acumula una excitación tan intensa que requiere terminar de descargarse mediante el llanto después del clímax.  Estas lágrimas, expresión de satisfacción, suelen confundir a la pareja de quien las derrama, pues las asocia a la pena o al dolor.  Su dama parece más bien tener enraizada la peregrina idea de que el llanto es signo de femineidad y de dudosa virilidad.  Nada más falso.  Intente desmontar tan absurda creencia y es posible que su novia goce intensamente al son de sus sollozos.  Usted debería poder llorar a lágrima batiente después del orgasmo sin que su masculinidad se vea cuestionada.