sábado, 17 de enero de 2015

A mi pareja, que es llenita, se le ha dado por preguntarme insistentemente mientras tenemos sexo si la veo gorda. No sé qué responder, me baja las ganas.



Esta interrogación tiene a ser en sí misma problemática, pero lo es más en las susodichas circunstancias.  Tenga presente que se trata de una “falsa pregunta”, pues quien la hace no espera como respuesta la verdad, sino un “No” o algún equivalente, aunque no puede descartarse que a éstos replique ella con un furibundo “¡No me mientas!”.  No intente atenuar su respuesta con diminutivos como “gordita” o “llenita”, pues no hará sino empeorar la situación.  En este caso, como en otros concurrentes en el Campo de Venus, las mentiras piadosas (afirmaciones falsas proferidas con intención benevolente) pueden resultar convenientes.  Quizá con una o varias de este tipo acalle la pregunta e indemnice su libido.


Cuando me excito y tengo relaciones me dan ganas de miccionar. ¿Es normal o estaré enferma?




Cuando la fémina se excita, su cuerpo se prepara para el sexo: empiezan a lubricar el canal vaginal y los labios externos y se incrementa la sangre hacia la zona pélvica, hinchando los labios vaginales.  El útero se desplaza hacia arriba, “alargando” la vagina, el clítoris se agranda y, como sus raíces rodean la uretra, pueden estar cerca de la vejiga.  Por esto algunas mujeres sienten ganas de orinar al excitarse.  Vaciar la vejiga antes de los quehaceres eróticos puede ser una buena idea.  Los médicos recomiendan miccionar antes y después del intercambio carnal para prevenir infecciones en las vías urinarias, pues así se mantiene limpio el canal de la uretra.  No tienen por qué preocuparse; lo que le ocurre es normal y no es óbice para el placer.


Un escultor quiere que mi novia pose desnuda para él. ¿Podrá traer problemas a nuestra relación?



Imposible responder negativamente, pues todo depende del carácter, profesionalismo e intenciones del artista, del temperamento de su dama y de la “química” que pueda surgir entre ambos.  Comprendemos que la escena lo atribule, aunque la idea de su novia-musa lo halague, pues son sabidos los romances entre modelo y artista.  Es difícil pedirle que confíe ciegamente en que el escultor observará la desnudez de su dama con la frialdad de un ginecólogo.  Impedir autoritariamente el encuentro puede traerle problemas con ella y hacer de chaperón pareciera una posibilidad negada.  No le queda entonces sino cruzar los dedos y esperar.


Viajo mucho y tener sexo en un avión se ha vuelto mi fantasía. ¿Me causará problemas?



Esta es una fantasía sexual muy común.  Existe la agrupación TheMile High Club (MHC) que reúne a amantes de esta hazaña, cuyo atractivo reside en la adrenalina que suscita lo prohibido y en las dificultades que entraña.  Hay incluso aplicaciones para conectarse con un desconocido compañero de viaje y planear el encuentro celestial.  Sin embargo, considere que las sanciones legales (multas, arrestos, etc.) varían según el país y la aerolínea.  En el avión se arriesga aunque proceda silenciosamente, bajo las mantas, mientras todos duermen durante los largos vuelos nocturnos.  Incursionar al baño es un acto de intrepidez mayor.  Sepa que una compañía norteamericana ofrece vuelos con la posibilidad de tener sexo a bordo en una cabina especial, pero quizá la permisión diluya el encanto de la turbulencia.


Mi esposo era gordito, está adelgazando y temo que esto afecte mis relaciones. Dicen que los gordos duran más en la cama. ¿Es verdad?



Un estudio reciente pretende haber comprobado que cuanto más gordo sea un caballero, menos probable es que sufra de eyaculación precoz.  Esto se debería a que los varones entrados en carnes presentarían un exceso de la hormona femenina estradiol que interviene en la producción de esperma y en el retraso de la eyaculación.  Lo que para usted parece una grata noticia, para él es signo de mala salud.  La obesidad no es recomendable en ningún caso, pues aumenta el riesgo de muchas enfermedades, incluida la disfunción eréctil.  No se le ocurra someter a un régimen de engorde a su caballero; él le durará más, en todo sentido, manteniéndose esbelto.


Mi pene es muy pequeño y siento que no lograré satisfacer a una mujer. Esto me inhibe de tener sexo.



El asunto de si el tamaño peniano hace o no mejores amantes sigue siendo controversial.  Su miembro puede ser realmente chico (se considera pene pequeño al que mide, erecto, menos de 12cm. y micropene al que no alcanza los 7), pero científicos aseguran que todos llegan a experimentar una expansión suficiente para tener una relación sexual óptima y que la vagina sabe muy bien cómo comportarse ante cualquier talla.  Además, la pequeñez tienen sus virtudes: libera del dolor que en ciertas posiciones causan los aventajados; si el grosor la acompaña, resulta ideal para estimular las paredes del primer tercio de la vagina con mayores terminaciones nerviosas; y, por último, facilita el tránsito por vías diversas.  No hay motivo, pues, para apocarse.



Mi pareja es muy fogosa y atlética y siento que puedo fracturarme el pene teniendo relaciones con ella. ¿Es posible?



Sí.  Aunque el miembro viril carece de huesos puede suceder lo que los médicos llaman “fractura del pene” y resulta tan dolorosa como se pueda imaginar.  Esta lesión del miembro erecto, que sucede cuando se rompe una membrana  llamada túnica albugínea, ocurre usualmente durante relaciones sexuales excesivamente acrobáticas.  Se escucha un leve chasquido, el dolor se propaga, se pierde la erección y aparecen la inflamación y el hematoma.  El único medio de repararlo es la cirugía y, en caso de no actuar a tiempo, pueden derivarse problemas de curvatura peneana, disfunción eréctil y dolores crónicos.  Una cosa es la gimnástica fogosa y, otra, la pirueta temeraria.